Hugo Miguel, actualmente se desempeña como Subsecretario de Planeamiento de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Ministerio de Modernización de la Nación.
¿Cómo ves el desarrollo del IGF de este año, respecto a la cantidad de participantes y oradores y los temas que se tocaron?
Bien, vi muchos participantes y en cuanto a los temas fue muy abarcativo. Considero muy importante que estas temáticas se traten, aunque el formato me parece que queda un tanto insuficiente: primero porque no podemos participar de varias cosas que suceden al mismo tiempo y segundo porque no alcanza el tiempo para debatir los temas en profundidad.
¿Agregarías algunos temas?
Yo quitaría temas y sería más concreto dándoles más profundidad. Trataría de encontrar el modo de separar temas y concentrarnos en los más específicos.
Respecto a las tecnologías de vanguardia, ¿qué es lo que está haciendo el sector Gobierno para poder implementarlas o desarrollarlas?
Fundamentalmente liberarlas, es decir, que la gente pueda desarrollar. Todo lo que la gente desarrolla sola debe ser bienvenido, no podemos “tapar el sol con la mano”. Entonces, sí tenemos que brindar las condiciones para que las personas puedan implementar y generar nuevas oportunidades: no tenemos la idea de regular ni de restringir. Por eso, el tema es velar por el bien común. Es por ello, que desde el sector Gobierno estamos muy interesados en participar activamente en este tipo de encuentros.
¿Cómo están trabajando con la sociedad civil y con los sectores académico y técnico como para poder implementarlas o desarrollarlas?
Nosotros estamos fortaleciendo mucho una mesa de tres patas compuesta por industria, academia y Estado. Con la sociedad civil tenemos participación moderada: cuando vienen a plantear algo o cuando hacemos una consulta pública por algo que participan y opinan. En general, la sociedad civil se centra más en la parte legal, y nosotros somos reparticiones técnicas, entonces tratamos más con la academia que con la sociedad civil.
Cuando se estaba cerrando la Mesa Redonda, mencionaste una reflexión muy interesante, ¿querés comentarla?
Como decía, no se puede legislar contra la corriente, ni “tapar el sol con la mano”. Las cosas van a pasar, entonces, a medida que la gente vaya adoptando nuevos modelos, estos van a ir creciendo. Es por ello que no tiene sentido oponerse. Lo mismo cuando estábamos hablando sobre “el dilema moral”: siempre se va a dar en cualquier lugar donde el hombre actúe, entonces, siempre estará el “buen” o “mal” uso de las nuevas herramientas. Si se promulga una ley con el único fin de “juntar papeles” para prohibir lo que la gente va a hacer igual, no tiene mucho sentido. Falta definir la relación ética entre personas, que es lo que tiene que prevalecer más allá de la técnica o del debate legal.