Sara Fratti es consultora en derechos digitales y Líder de Latinoamérica del Women SIG de Internet Society.
¿Qué estrategias regionales pensás que hacen falta implementar para fomentar un mayor acceso a Internet?
Creo que uno de los temas principales es el que tiene que ver con el desarrollo de políticas públicas adecuadas e integrales. Principalmente, porque en toda la región de América Latina y el Caribe tenemos diferentes aspectos, que en cierta medida también se relacionan con el acceso a Internet. Uno de ellos se relaciona con la topografía de cada país, y es importante para ver cuestiones de desarrollo de infraestructura, ya que hay poblaciones y comunidades que están muy alejadas de la ciudad por diferentes temas.
En términos generales, creo en el desarrollo de políticas públicas adecuadas en las que participen las múltiples partes interesadas y donde estén todos los sectores. Además, también es importante que éstas tengan un enfoque de inclusión social porque, por ejemplo, en Guatemala tenemos 23 comunidades indígenas y el desarrollo de estas políticas tiene que estar traducida a estos idiomas. Tenemos que pensar si las personas de estas comunidades realmente quieren estar conectadas a Internet. En términos generales es necesario buscar mecanismos en los que todos los sectores, y principalmente los usuarios, estén involucrados dentro del propio proceso de desarrollo y discusión de políticas públicas.
¿El mundo digital reproduce las condiciones de desigualdad que pueden presentarse en el mundo analógico?
Sí, creo que sí. En un principio, Internet era un espacio muy bonito, como una plaza pública, pero en algún momento esto comenzó a cambiar. En mi opinión, las principales cuestiones que hay que solucionar son el discurso de odio, la violencia de género y la discriminación en línea. Es sorprendente como el discurso de odio fue aumentando en los últimos años en Internet, hacia mujeres y hacia distintas comunidades como la LGTB y comunidades indígenas. Es impactante, principalmente porque hay muchos contextos en los que los mismos políticos están desarrollando o fomentando este discurso de odio o incluso validándolo. Por ejemplo, con la elección de Trump se evidenció el discurso de odio de nacionalistas blancos en Internet. En cierta medida Internet está habilitando que estos discursos trasciendan. Por otro lado también tenés el problema con el acceso a las tecnologías. La conectividad es muy cara y en muchos casos hay otros intereses más importantes para las poblaciones, como ser que en muchos lugares en América Latina y el Caribe todavía no tienen acceso a servicios básicos como el agua potable o la electricidad.
¿De qué manera se puede impulsar y consolidar el desarrollo de Internet desde una perspectiva de género?
Considero que en este sentido es necesario primero contar con estadísticas sobre la cantidad de mujeres conectadas a Internet ya que en varios países de América Latina se señala la baja cantidad de mujeres conectadas, pero no se sabe el dato preciso y esto es fundamental para el desarrollo de políticas públicas. Además, debemos encontrar la forma en la que la normativa, ya sea internacional o nacional, se pueda integrar con el desarrollo de las mismas.
A su vez, es importante la creación de capacidades para que las mujeres puedan participar en la toma de decisiones de legislaciones relacionadas a conectar a otras mujeres y a lograr su empoderamiento a través de las tecnologías en distintos aspectos: a nivel político, social, económico, laboral, incluso la propia familia.
Desde mi perspectiva esto es muy importante, no es posible en este contexto, que estemos frente a congresos nacionales en los que la participación de mujeres es solo un 20%. Esto impacta directamente en el contenido de las legislaciones y en el desarrollo de políticas públicas.
¿Qué estrategias deberían pensarse para que los niños puedan aprender a tener un uso responsable de redes sociales y las tecnologías de la información?
En mi opinión, una de las principales estrategias es que tanto madres, padres, maestras y maestros tengan conocimiento de cómo funciona Internet, porque las niñas y los niños que tienen acceso a Internet y en sus colegios aprenden cosas básicas sobre cómo funciona la red muchas veces llegan a su casa y sus madres o padres no están al tanto. En este sentido tampoco saben qué están haciendo sus hijas e hijos porque no les pueden dar ese seguimiento. A su vez, no es positivo prohibirles a los niños y niñas estar conectados. Lo ideal es buscar mecanismos y herramientas que ayuden a este proceso. Considero que sería muy interesante lograr esta creación de capacidades para que todos estemos en la misma sintonía de saber cómo funcionan las tecnologías y conocer cuáles son los riesgos, por ejemplo, la pornografía infantil, las redes de trata que están también buscando a niñas, niños incluso adolescentes a través de las redes sociales, etc. En este sentido, vale la pena que nombre a Etherin, una organización europea que desarrolló una guía de seguridad digital para niñas y niños muy interesante y a una organización mexicana que se llama Articulo 12 o Son Tus Datos que desarrolló un juego en línea en el que les enseñan a niñas y niños a utilizar plataformas sociales y redes sociales de manera segura.
¿Qué temas y desafíos deberían ser tenidos en cuenta en las agendas de los foros de Gobernanza de Internet de cara al 2019 y desde la voz de los jóvenes?
Creo que uno de los principales desafíos que tenemos como comunidad de Internet es repensar dónde estamos y pensarnos a nosotros mismos como unidad. Además es necesario darnos cuenta que el discurso de Internet no tiene que estar desvinculado con el discurso de qué es lo que está pasando en nuestras sociedades. En este sentido, es necesario buscar una manera transversal para que todos estos temas tengan perspectiva de derechos humanos para así lograr impacto y cosas más reales. Además es importante traer nuevas perspectivas a la mesa y para ello considero que tenemos que ir involucrando no solo a organizaciones de sociedad civil y gobiernos, sino también a nuevos sectores como organizaciones de derechos humanos base, por ejemplo activistas, a defensores y defensoras de derechos humanos, a nuevos gobiernos que todavía no están en la mesa. Siempre están presentes los gobiernos de Brasil, Uruguay, Chile, Argentina pero ¿dónde está el resto? En América Latina se están presentando muchísimos proyectos de ley sobre distintos aspectos de Internet pero los gobiernos, los tomadores de decisiones como diputados y senadores no están al tanto del impacto de estas políticas porque no saben cómo funcionan.
Pienso entonces que el rol de la comunidad debería ser buscar un diferente approach para así llegar a más gente porque no tiene sentido que nos estemos viendo todos los años los mismos. Hay que buscar una forma más concreta de llevar este discurso a nuevos sectores y por eso es que surge el YOUTH LACIGF: para crear capacidades entre diferentes personas, principalmente jóvenes de América Latina y el Caribe con la finalidad de crear una nueva masa crítica en relación a los temas de Internet y de Gobernanza de Internet. Asimismo, buscamos que estos jóvenes tengan la capacidad de ir a reproducir y replicar todo lo aprendido en este tipo de encuentros en sus comunidades, en sus escuelas, en sus universidades y a partir de ahí esparcir la semilla en cierta medida de que todos tengamos acceso a Internet, que Internet sea libre, neutral y seguro.
¿De qué manera pensás que la juventud puede tener una mayor participación en la toma de decisiones de las políticas públicas?
Creo que en un primer nivel es clave la creación de capacidades entre los jóvenes para que sepamos cómo funcionan las cosas, qué es importante y hacia dónde queremos ir. A partir de ahí es necesario que tanto gobierno, como los diferentes sectores del Ecosistema de Internet, nos escuchen para así poder involucrarnos, ya que pienso que tenemos muchísimas cosas que aportar para el desarrollo y tenemos energía que se puede aprovechar para esto. En este sentido, es importante prestar atención a nuevas voces y crear espacios y entornos seguros en donde podamos decir qué cosas nos están funcionando a nosotros porque jóvenes y adolescentes no nos conectamos a Internet de la misma manera en la que lo hacen personas que están arriba de los 35 años, por ejemplo. Estamos utilizando y habitando Internet de una manera muy diferente por eso considero que tenemos que crear un dialogo intergeneracional y tener estas discusiones.