Entrevista a Beatriz Busaniche, presidente de la Fundación Vía Libre

Compartir

Entrevista Beatriz Busaniche
Enero 2018

Beatriz es Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario y Magíster en Propiedad Intelectual de FLACSO. Es docente en grado y posgrado en la Universidad de Buenos Aires y en FLACSO. La Fundación que preside es una organización civil sin fines de lucro dedicada a la defensa de derechos fundamentales en entornos mediados por tecnologías de información y comunicación.

 

¿Cómo viste la organización del evento?

Veo que esto es una cosa que se mueve, que tiene buen poder de convocatoria, que siempre hay caras nuevas: me parece que es un espacio en el que vale la pena estar. Vía Libre siempre ha estado, porque nosotros seguimos todo lo que tiene que ver con Internet Governance desde hace muchos años, entonces tratamos de estar en todos los espacios donde se habilitan discusiones. Así que felicito a la organización porque se nota que hay un trabajo importante.

¿Considerás que se está trabajando realmente de manera multisectorial?

En este marco, sí. Acá se ve eso: está el sector privado, está la academia, está la comunidad técnica. Esto responde a ese modelo de una forma bastante coherente y en el tiempo se ha sostenido. Pero en la “cocina real” de la políticas, no.

En el IGF Argentina hay un montón de temas que se discuten. Cuando uno viene acá se actualiza, conoce gente, hace redes, articula, etc. Pero no es acá donde se toman las decisiones y en los lugares donde sí se toman, esto no opera. Por ejemplo, sobre la discusión de la agenda de comercio electrónico de la Organización Mundial del Comercio (OMC), nosotros estamos acreditados representando a la sociedad civil, pero ¿quién está ahí tomando decisiones? En las decisiones sobre los tratados de libre comercio entre Mercosur y Unión Europea, ¿quién está? Y todas estas cuestiones se dirimen ahí: propiedad intelectual, responsabilidad de intermediarios y todo lo que es regulación de comercio electrónico. 

Por dar otro ejemplo, hace poco tiempo se firmó un acuerdo entre Argentina y Chile sobre cuestiones comerciales que incluyen comercio electrónico. Me pregunto lo mismo: ¿Quién está ahí discutiendo? Las decisiones no están en el IGF Argentina sino en otros foros. Nosotros acá tenemos mucho por hacer. Está super interesante la discusión, el cruce de intereses, pensamientos y tener la posibilidad de estar al día con las discusiones porque todos traemos lo que sabemos o trabajamos día a día pero “el bacalao se cocina en otro lado”.

¿Creés que hay interés por parte del público general o de otros sectores?

Sí, acá definitivamente. En general, la gente que uno trata en este foro, es la misma con la que te cruzas eventualmente en otros foros donde podés “abrir la puerta”, por ejemplo en el Congreso, aún con discrepancias. De eso se trata el concepto de múltiples actores: que no hay consensos fáciles, pero sí hay interés de participar. Nadie participa de estos eventos si no tiene interés en incidir en las políticas públicas reales.

Ustedes como Fundación, ¿qué pueden hacer como para invitar que más personas se sumen?

No podemos hacer mucho más de lo que ya hacemos. Nosotros trabajamos mucho en la difusión, con la prensa y en tratar de participar en los espacios dónde se toman las decisiones. Por ejemplo, nosotros acreditamos en la OMC, hablamos con negociadores de los tratados de libre comercio, vamos a las reuniones de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, vamos al Congreso cada vez que se dirime alguna ley y de todo eso que hacemos, tratamos de comunicar de la manera más amplia posible. Y una de las cuestiones que nosotros tratamos de hacer siempre es incorporar a los sectores que están ausentes, tal como la comunidad técnica, específicamente, que muchas veces no participa o queda fuera de los espacios de toma de decisiones.

¿Cuáles son los grandes desafíos que se vaticinan en relación a los derechos de propiedad intelectual en un mundo en el que cada vez existen mayores fuentes de generación de contenidos, tales como Internet de las Cosas?

El mayor desafío es volver a ubicar a la propiedad intelectual en su justa medida y en un rol social apropiado. El problema que tenemos es que la propiedad intelectual a lo largo de las últimas décadas se ha maximizado de una forma tan grande que se ha perdido el rumbo de lo que es y para qué debe servir. Hasta que no logremos generar un nuevo consenso estableciendo que la propiedad intelectual es un medio para la obtención de un fin que es social y que es de ampliación del dominio público, y de ampliación de los incentivos para la creatividad y para la innovación, no vamos a poder resolver la problemática que plantea. Si la propiedad intelectual es vista como un objetivo en sí mismo, termina socavando los derechos fundamentales en lugar de cumplir con el rol social que tiene que cumplir. Como lo dice el Comité de Aplicación de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la propiedad intelectual es una construcción social que tiene un fin social. Es necesario volver a mirarla en esos términos.