Se aprobaron en el Parlamento Europeo los cambios en la ley que regula los derechos de autor en Internet.
Recientemente, en la ciudad de Estraburgo, Francia, los parlamentarios europeos aprobaron la reforma de la ley que regula los derechos de autor en Internet. Bajo el nombre de Directiva sobre los derechos de autor en el mercado único digital, el texto surgió con la premisa de actualizar la normativa europea vigente desde el año 2001.
Los resultados finales de la votación fueron 348 votos a favor, 274 en contra y 36 abstenciones. Esta repartición da cuenta de diferentes posiciones que tuvieron lugar desde que se comenzó a discutir la normativa en el año 2016. "Es una victoria histórica para los creadores europeos que podrán ejercer sus derechos y recibir una remuneración justa de plataformas como YouTube", expresó la Agrupación Europea de Sociedades de Autores y Compositores (GESAC). Mientras tanto, Simona Levi, integrante del colectivo Xnet, se pronunció con una mirada opuesta acerca de la regulación afirmando que "Tendremos una Internet censurada, de la edad del Neolítico".
El enfrentamiento entre las posiciones se basa principalmente en la interpretación que se hace de dos de los artículos que posee la normativa: el 15 y el 17. El primero establece el pago de una licencia a los editores de prensa por citar noticias que contengan mayor información que fragmentos cortos o palabras sueltas. En principio, este punto no afectaría al usuario. El eurodiputado Axel Voss, una de las principales voces a favor de los cambios en la ley, considera que “la solución ideal serán el pago de las licencias”. Sin embargo la reglamentación y el modo en que se implementará el mencionado artículo presentará un escenario más complicado, según Javier Pallero, coordinador regional de Access Now: “Hace falta encontrar nuevas maneras de que los creadores ganen plata. Nadie quiere que se mueran de hambre o que los medios de comunicación se fundan, sino que se generen ingresos de otra manera. Los derechos de autor son hoy una herramienta tan equivocada como ineficaz para aplicar en estos casos”.
En relación al artículo 17, el texto establece que los sitios deben aplicar filtros en el contenido que alojan en ellos sus usuarios, y que, en medida de lo posible, estos sitios adquieran los derechos necesarios para la reproducción de los contenidos. En el texto se establecieron excepciones para enciclopedias online sin ánimo de lucro, plataformas de almacenamiento en la nube, parodias, caricaturas, citas, reseñas o críticas. En base a esto Voss, afirmó: “Quiero que los portales como YouTube se vuelquen en negociar con los creadores, y si no, que se hagan responsables por lo que los usuarios compartan en su plataforma”. Julia Reda, del Partido Pirata y con una marcada oposición a la regulación aseveró que "la aplicación de este artículo no llevará a ninguna obligación de monitoreo general. La solución real acabará siendo un algoritmo”. Además subrayó que “las máquinas ya censuran obras maestras del arte por algún desnudo y se pregunta: ¿qué pasará con millones de contenidos?”.
Se espera que los próximos meses sean tiempos de discusiones y debates entre las diferentes posturas ya que los Estados miembros de la Unión Europea tendrán un plazo de dos años para trasladar esta medida a su orden interno y luego cada país deberá afrontar el desafío de adaptar sus leyes nacionales a la Directiva.