Una alternativa que encontraron las comunidades que no poseen conectividad a Internet. Una red que promete desde el trabajo en equipo el desarrollo, evolución y con ello la participación de los sectores con pocos recursos.
En el año 2016 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que el acceso a Internet es un derecho básico de todos los seres humanos por lo que conectarse a la red no debe ser un lujo sino que es una necesidad. Acceder y poseer conectividad a Internet brinda a las personas la posibilidad de empoderarse y ampliar sus bases de conocimiento y fomenta una mayor participación cívica impulsando sociedades más democráticas. Sin embargo, en América Latina y el Caribe, la penetración de Internet aún está por detrás de la mayoría de los países en desarrollo. Esto tiene consecuencias diversas en la región, ya que hay zonas digitalmente excluidas, provocando limitaciones en los procesos de adopción y alfabetización en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
“250 millones de latinoamericanos permanecen sin acceso a Internet”**
**Alliance for Affordable Internet (4AI) (2017). Resumen regional América Latina y el Caribe: Informe de Asequibilidad 2017
Las redes comunitarias, posibles soluciones de conectividad sostenibles en el tiempo
En Septiembre del año 2018, se realizó en Argentina la primera Cumbre Latinoamericana de Redes Comunitarias, en la cual se consensuó un documento que afirma:
“Las redes comunitarias son redes de propiedad y gestión colectiva de la comunidad, sin finalidad de lucro y con fines comunitarios; se constituyen como colectivos, comunidades indígenas u organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro, que ejercen su derecho a la comunicación, bajo principios de participación democrática de sus miembros, equidad, igualdad de género, diversidad y pluralidad”.
En los últimos años, diversas comunidades han avanzado en la creación de redes comunitarias. La consolidación de estas redes se da mediante acuerdos y consensos entre todos los miembros de la comunidad.
Usualmente al tener una impronta local la generación de contenidos y la promoción de servicios están a cargo de los habitantes del lugar. Es importante destacar que este acceso les permite acercarse a las nuevas tecnologías, brindando un aprendizaje inclusivo y consciente de los recursos digitales.
Por otro lado, en numerosas oportunidades en el imaginario colectivo de las personas, se construye la idea errónea de que estas zonas son habitadas por comunidades de escasos recursos económicos. Lo que llama la atención al visitar estos lugares es que, por el contrario, muchas de estas comunidades cuentan con un alto nivel adquisitivo y simplemente no poseen Internet debido a que la locación no resulta rentable para proyectos comerciales de conectividad.
Principales características de las redes comunitarias
Según Alter Mundi, una organización no gubernamental (ONG) de Argentina que trabaja en promover un nuevo paradigma basado en la colaboración entre pares, las redes comunitarias presentan una serie de características propias que las definen como tales:
- Son de propiedad colectiva: su infraestructura (antenas, routers, cableado, entre otras) pertenece a todos los miembros de la red y de la comunidad que la despliega.
- Gestión social: la red es administrada y gestionada por los mismos miembros de la comunidad. Las decisiones se toman entre todos.
- Diseño accesible: la información acerca del funcionamiento de la red y sus componentes es pública y de fácil acceso para toda la comunidad.
- Participación abierta: cualquier persona puede sumarse o extender la red, respetando su diseño, principios y forma de organización.
- Neutralidad: el tráfico de datos se gestiona de manera igualitaria, sin discriminarlo según el contenido, plataforma, aplicación o tipo de equipamiento utilizado para el acceso.
- Libre interconexión: garantiza la interconexión entre redes, permitiendo un flujo de datos libre, neutral y gratuito en ambos sentidos de las redes.
- Libre tránsito: dos redes que mantienen un acuerdo de libre tránsito, no sólo permitirán el tráfico de datos entre ellas, sino también aquel que vaya destinado a otras redes con las que mantienen acuerdos similares.
Marcos regulatorios
Se han logrado importantes avances en la región en relación a los marcos regulatorios. En Argentina, luego de un largo camino recorrido, por un lado, se ha establecido la aprobación de la resolución que habilita a los operadores de radios comunitarias a obtener licencias sin costo, mientras que, por otro lado, se ha logrado que Alter Mundi obtenga la primera licencia de operador de redes comunitarias de Internet en el país. Si bien son progresos importantes para la consolidación de las iniciativas comunitarias para avanzar y cumplir con una serie de normas y recomendaciones internacionales, como las de CITEL y UIT, aún quedan diversas discusiones por delante, sobre todo en relación a la adaptación de los marcos regulatorios nacionales a las necesidades de los medios comunitarios.
El mercado y las redes, modelos complementarios
Internet Society (ISOC), organización que promueve el desarrollo y la evolución de Internet, ha generado un documento llamado: “Redes Comunitarias en América Latina” donde ponen en discusión si el modelo de redes comunitarias tiene un rol antagónico al que produce el mercado. Desde ISOC se afirma que estas iniciativas deben verse como una solución real a los problemas de conectividad que hay en la región, y que a su vez, funcionan como un complemento válido que permite superar las dificultades que, a veces, encuentran tanto las estrategias públicas como las privadas. Paralelamente estas iniciativas generan que los mismos usuarios se apropien de la red, brindando no solo la posibilidad de que la comunidad sea productora de contenidos que se relacionen con las necesidades propias de la locación sin competir con el mercado, sino que también que los proyectos se sustenten en el tiempo.
Desafíos
Los retos para consolidar y lograr el sustento de las redes comunitarias aún son muchos, tanto a nivel nacional como regional. Es importante que los diversos actores involucrados continúen trabajando en estrategias a largo plazo con objetivos en común:
- Fortalecer la formación y difusión de los procesos de creación de redes comunitarias
- Promover soluciones técnicas y tecnológicas que tengan en cuenta las necesidades de cada comunidad
- Elaborar esquemas regulatorios más accesibles
- Crear un modelo de financiamiento que fomente la integración y el surgimiento de nuevos proyectos