
¿Alguna vez pensaste cómo sería un día en tu vida sin Internet? Desde ese primer scrolleo en la mañana, hasta la serie que mirás antes de dormir, pasando por el trabajo, los estudios, las compras, los memes, y las charlas con amigos; la red se metió de lleno en nuestras vidas. Internet es una herramienta esencial, facilita desde la comunicación instantánea y el acceso a información ilimitada hasta la operatoria diaria de empresas, gobiernos y organizaciones. Su impacto es innegable y transforma constantemente nuestra sociedad.
Un poco de historia
En 1968 la Organización de Naciones Unidas impulsó una efeméride para conmemorar la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional en 1865. Con la revolución de Internet, en el año 2005, se sumó a la celebración de cada 17 de mayo, el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información.
Coloquialmente, y debido al protagonismo absoluto de Internet en la conformación de esta Sociedad de la Información, la fecha se conoce popularmente en muchos lugares como "Día de Internet". Hoy, se celebran ambas cosas juntas, reconociendo que tanto los cables como los clics nos ayudan a estar más cerca y mejor informados. Es un día para pensar en lo positivo, pero también en los desafíos que tenemos por delante.
El experimento que lo cambió todo
En las décadas de 1960 y 1970, la agencia de defensa de EE.UU. (ARPA) creó ARPANET. Su propósito era desarrollar una red de comunicaciones descentralizada y resistente a fallos. Introdujo la conmutación de paquetes, una tecnología fundamental que divide los datos en bloques independientes. El envío del primer mensaje entre la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Stanford en 1969, el sistema colapsó tras escribir solo "LO" (de "LOGIN"), a pesar de la falla se demostró que el concepto funcionaba. Así ARPANET sentó las bases técnicas para la Internet que usamos hoy.
La infraestructura inicial en Argentina
Argentina se sumó formalmente a la red global a principios de la década de 1990, un paso crucial para la integración científica, académica y, posteriormente, social y económica del país al mundo digital. Anticipándose a esto, ya en 1987, se delegó la administración del dominio de nivel superior geográfico (ccTLD) .ar. Desde entonces, el .ar garantiza un espacio ordenado, seguro y representativo de la identidad argentina en Internet.
Si hablamos de conexión local, hay que hablar de Las Toninas, una localidad balnearia de la provincia de Buenos Aires. Es esa ciudad en la costa donde "entran" muchos de los gigantes cables submarinos de fibra óptica que nos conectan con el resto del planeta.
Se eligió este balneario porque es el lugar más cercano a la Ciudad de Buenos Aires que posee las características ideales: salida al mar con lecho marino arenoso que facilita la instalación y dificulta que los cables se hundan, y poco tránsito de barcos, que presentan el principal riesgo para que un cable se dañe.
Casi la totalidad del tráfico de datos entre continentes (alrededor del 99%) fluye por cables submarinos. Su diámetro, similar al de un brazo, consiste principalmente en capas protectoras para las fibras ópticas internas. Un cable estándar, con unos 8 pares de estas fibras, tiene la capacidad de mover información a velocidades de hasta 200 Terabits por segundo (Tbps).
La infraestructura actual
La conexión física de Argentina al resto del mundo dependió, y sigue dependiendo, de los cables submarinos de fibra óptica. Los cables que llegan a nuestras costas son: SAm-1, SAC, Atlantis-2, Bicentenario, Unisur, Firmina y Tannat.
Si uno de los cables se daña, la conexión a Internet del país se mantiene. El envío de datos aprovecha todas las rutas disponibles, aunque puede afectar la velocidad. Hubo un caso de una máquina que estaba trabajando a dos kilómetros de la estación de amarre y cortó el cable. A las tres horas ese cable ya estaba reparado. No se interrumpió el servicio, sino que todo el tráfico se desvió en forma automática y entró por Chile. Algunos usuarios quizás sufrieron algo de delay, por la mayor distancia.
La fibra óptica llega cada vez más cerca del usuario final, conviviendo con redes de cable coaxial y tecnologías inalámbricas como el 4G/LTE y el 5G. A nivel nacional el tráfico fluye no solo por redes troncales terrestres, sino también a través de Puntos de Intercambio de Tráfico (IXP), como los operadores de la Cámara Argentina de Internet (CABASE), que permiten a los proveedores de servicios interconectarse de forma eficiente, mejorando la velocidad y reduciendo la latencia en el tráfico local. A esto se suman los Centros de Datos, que son instalaciones críticas donde se encuentran los servidores.
DNS y la importancia del .ar
El Sistema de Nombres de Dominio (DNS) es fundamental para la funcionalidad Internet como la conocemos. Es como un directorio que traduce las direcciones IP (por ejemplo 186.206.204.1) en nombres de dominio legibles y fáciles de recordar, como nic.ar.
NIC Argentina administra el DNS para los dominios .ar, garantizando la disponibilidad, estabilidad y seguridad de esta “traducción” de números IP. Un .ar no solo brinda una identidad digital territorial clara, sino que también se apoya en una infraestructura gestionada localmente, siguiendo estándares internacionales (como DNSSEC, que añade una capa de seguridad para prevenir ciertas amenazas). La correcta gestión del DNS es vital para la accesibilidad y confiabilidad de la presencia argentina en la red.
Tecnologías emergentes
Tecnología emergente es un término generalmente utilizado para describir una nueva tecnología y también puede referirse a tecnologías que se están desarrollando actualmente o que se espera que estén disponibles dentro de los próximos cinco a diez años con potencial de ejercer un impacto considerable en la sociedad y en la economía.
Algunas de las que más resuenan son:
- Inteligencia artificial
- Internet de las cosas
- Redes de nueva generación 5G y 6G
- Realidades extendidas y metaverso
- Edge y Cloud computing
El futuro se perfila fascinante con tecnologías que van a cambiar, una vez más, nuestra forma de vida.
El Día de Internet es una buena razón para mirar todo este camino recorrido y pensar en lo que viene y cómo podemos hacerla aún mejor y más segura. Esta historia sigue escribiéndose día a día.